Muchas veces, cuando tenemos un mal día o un mal rato, intentamos compensar esa sensación comprando algún capricho. Una camiseta que nos gusta, un libro, un perfume o unas zapatillas. Así intentamos compensar un momento no especialmente agradable. Pero esto es algo que no solo hacemos nosotros. Mucha gente utiliza la misma ‘terapia’ para dar un giro de 180 grados y sentirse mejor.
La directora de Idein, Elisa Sánchez, ha explicado en El País Retina por qué tenemos la necesidad de comprar para pasar un mal trago.
Cuando has tenido un mal día y te vas de compras, estás evitando gestionar una emoción y buscando una vía de escape para sentirte bien rápidamente. Pero tan rápido como viene, se va. «Si alguien no se encuentra emocionalmente bien, siente ansiedad, tristeza o está pasando por un momento difícil, comprar le podrá calmar, aliviar de forma inmediata, pero no va a solucionar lo que le ocurre», explica Elisa Sánchez, psicóloga. «Si no eres feliz con lo que tienes, no vas a ser feliz con lo que te falta» (…) «Hablamos de la aceptación de los demás, el respeto, cómo nos valoran por tener la última tecnología… no es una necesidad material, sino emocional», explica nuestra psicóloga Elisa Sánchez. Podríamos decir que intentamos llenar lo que nos falta en la vida comprando cosa. (…) Elisa Sánchez, psicóloga laboral, asegura que «la generosidad de comprar regalos para otros sí nos suele aportar felicidad duradera, habitualmente más que comprar cosas para nosotros mismos».
Puedes leer el artículo completo de Victoria S. Nadal en El País Retina pinchando en este enlace.