La igualdad es uno de los principios fundamentales de nuestra Constitución y básico en la normativa europea. A pesar de ello y después de catorce años desde la aprobación de la Ley de Igualdad efectiva entre mujeres y hombres, la igualdad sigue sin ser una realidad en la sociedad y por tanto en las organizaciones.
La Igualdad es un criterio de diversidad que debe integrarse para cumplir la legislación y también como indicador de calidad, así como desde el enfoque de la ética y la responsabilidad social.
La Ley obliga a todas las empresas a respetar la igualdad de trato, de oportunidades en el ámbito laboral y a incorporar medidas tendentes a alcanzar la igualdad efectiva.
Los planes de igualdad podrán contemplar, entre otras, las materias de acceso al empleo, clasificación profesional, promoción y formación, retribuciones, la utilización de un lenguaje inclusivo, la corresponsabilidad y conciliación y la prevención del acoso sexual y por razón de sexo.