Sufrir ansiedad es algo grave. Hace unos años, se minimizaba este problema, pero ahora cada vez está más visible y se ponen en marcha más medidas para tratarlo. La ansiedad es un enfermedad del ámbito de la salud mental y se necesita prevención y tratamiento para hacerla frente. En el terreno laboral también aparece la ansiedad. Por eso, frenar su aparición y tratarla de manera efectiva beneficia a ambas partes: al trabajador y también a la organización.
En El País Retina han entrevistado a la directora de Idein, Elisa Sánchez, para conocer cómo afecta la ansiedad al trabajo y qué se puede hacer para evitarlo.
Una de las necesidades más comunes entre las personas que tienen ansiedad es la de control: sentir que pueden manejar la situación y anticiparse les ayuda a sentir menos preocupación e intranquilidad. Por eso, cuando les proponen una idea inesperada su primera reacción suele ser negativa. «Valoran las sorpresas con miedo en lugar de con alegría», explica la psicóloga laboral Elisa Sánchez. Si tu primer pensamiento ante las ideas nuevas suele ser considerar los riesgos y los motivos por los que no va a funcionar, puede resultar molesto para el resto de compañeros e incluso para la capacidad de innovación del departamento o la compañía. «Esto está relacionado con la resistencia al cambio», explica Sánchez. «Quedarse en un entorno conocido, aunque sea desagradable, les genera más tranquilidad que los cambios que no pueden controlar». Perciben muchas amenazas en lo nuevo y pocos recursos para hacerles frente. De la misma forma en que se sienten temerosos cuando les proponen un cambio, también rechazan proponerlos, aunque puedan mejorar las situación. No se atreven a exponer una idea por miedo a no hacerlo bien, a que los compañeros la rechacen o a que le pongan alguna pega. «Puede llevar a situaciones de falta de iniciativa o de creatividad», explica Sánchez. También afecta a la toma de decisiones: «a veces hay una parálisis por análisis o por el miedo a tomar decisiones equivocadas y que los demás puedan criticarlos». Optan por mantener un perfil bajo. Y añade que Daniel Goleman lo cuenta en su libro sobre inteligencia emocional: «hay personas con esta falta de asertividad generada por la inseguridad de la ansiedad que, ante un error que está cometiendo otra persona no lo dicen por evitar el conflicto».
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