No tener trabajo es uno de los factores que, según la Organización Mundial de la Salud, pueden incidir más en causar depresión. Según la propia OMS, hasta 300 millones de personas de todo el mundo sufren esta enfermedad. Pero según un estudio de la Portland State University, tener ciertos trabajos también puede aumentar la posibilidad de tener depresión.
En El País Buena Vida han contado con la directora de Idein, Elisa Sánchez, para explicar cuáles son los trabajos que más pueden incidir en la deprensión.
Muchas de las personas que ocupan estos puestos de trabajo no lo hacen por vocación, sino porque no consiguen empleo en las profesiones en las que se han formado», explica Elisa Sánchez, psicóloga y coordinadora del Grupo de Salud Laboral del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid. Esto, continúa, puede generar una frustración que derive en depresión. (…)Varios trabajos de cara al público se encuentran entre los más precarios según el sindicato Comisiones Obreras (CC OO), que hace poco menos de un año identificaba 10 empleos como los más vulnerables. Entre ellos se encuentran los profesionales de la hostelería en establecimientos de comida rápida, los repartidores a domicilio, los dependientes, los promotores de productos y los reponedores de supermercado.
Se trata de un sector en el que además, indica Sánchez, «no se consideran cualificados a los empleados, por lo que se les suele pagar menos». A los bajos salarios se suman los contratos temporales, que también aumentan la vulnerabilidad de las personas y el riesgo a caer en una depresión, aclara la experta. En lo que a depresión se refiere, según el estudio, las mujeres se llevan la peor parte. Sufren acoso sexual en sus puestos de trabajo, tanto por parte de clientes como de compañeros y jefes, que las incitan a vestir de forma más provocativa para conseguir mejores propinas. Una situación que no es distinta en España, donde «el 98% de las víctimas de acoso sexual en el trabajo son mujeres», explica Sánchez. También, dice, sufren más acoso psicológico.
Además, explica la psicóloga, «existe el síndrome del burnout, que es más parecido a una depresión que a la falta de satisfacción y que afecta sobre todo a las profesiones asistenciales y, en el sector servicios, a aquellos que se encargan de recibir las quejas y críticas de los clientes». Sánchez añade que impacta sobre todo a las personas que se atribuyen las culpas cuando el público les habla mal.
Elisa Sánchez explica que el principal síntoma de que se tiene una depresión por el trabajo es cuando la rutina —la alimentación, el descanso y el estado de ánimo— cambia entre la semana y el fin de semana o entre las temporadas de trabajo y las vacacionales. Lo que se debe hacer en estos casos, aclara, es acudir a un especialista de la salud psicológica.
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