En todo grupo de amigos hay una persona que llega tarden. Si tú no sabes quién es… Es que eres tú. Porque la de la puntualidad es una característica que se tiene o no se tiene. Hay gente que valora mucho el llegar a tiempo y otra mucha a la que las horas le parecen un mero formalismo. ¿Es tan importante la puntualidad? ¿Llegar tarde es una falta de respeto? ¿Cómo se debe reaccionar cuando alguien (o si ese alguien eres tú) llega siempre tarde?
Para hablar sobre ello, en El Correo han entrevistado a la directora de Idein, Elisa Sánchez.
Diferencia Elisa Sánchez, psicóloga que imparte cursos de gestión del tiempo, entre personas que viven el tiempo y personas que lo miden. «Las primeras llegan tarde a todas partes y se pierden cosas pero, a la vez, disfrutan del tiempo». Ser de uno u otro grupo tiene que ver con la genética, con la cultura… y hasta con la profesión. «Tenía que dar un curso de ‘coaching’ a pilotos de avión y uno de los asistentes llegó dos minutos tarde. El hombre se empezó a disculpar y yo no entendía ese agobio por dos minutos. Pero es que en el sector aeronáutico los cortes de un retraso, aunque sea de dos minutos, pueden suponer mucho dinero y tener repercusiones que afecten a mucha gente. En la aviación el tiempo es oro y esas personas actúan así también en su vida diaria. Te dicen: ‘Paso a recogerte a las tres y venticinco’. Y no es a y media, es a y venticinco exactamente. En otros sectores, relacionados con la creatividad sobre todo, no se mide el tiempo igual. ¿O acaso hay algún concierto que empiece a la hora?».
Puedes leer el artículo completo de Yolanda Veiga en El Correo pinchando en este enlace.