Hay pocas tradiciones más arraigadas en las fechas navideñas que comprar un décimo de lotería. Mucha gente juega por compromiso. Porque lo hacen sus compañeros de trabajo o su familia. Otro sector, compra los billetes convencidos de que les va a tocar. Porque los bombos del día 22 de diciembre reparten dinero para unos y salud para los demás. Pero, desde que se compra el décimo, ya hay mucha gente pensando en una pregunta: ¿Qué hacer si te toca la lotería?
En el diario ABC han contado con la directora de Idein, Elisa Sánchez, para contar por qué se compra lotería de Navidad y qué se puede hacer si te toca (o no) el tan deseado ‘gordo’. En el artículo aseguran que mucha gente compra el boleto por compromiso.
Comparte esta opinión la psicóloga Elisa Sánchez Lozano, directora de IDEIN, quien explica que, aunque racionalmente sepamos que vamos a perder o que hay muy pocas posibilidades de ganar, es una decisión emocional, no racional. La experta también destaca el componente de «tradición»: «Posiblemente sea algo que se ha hecho siempre en su familia, han visto a sus abuelos y padres hacerlo y compran lotería por seguir ese modelo», comenta.
Este tipo de lotería tiene también otros componentes que llevan a que, de alguna manera, nos sintamos forzados a comprar un décimo o una participación (o incluso más). Así, tal como recuerda Elisa Sánchez, en muchas ocasiones se compra en grupos (amigos, familiares, colegio…) o por compromiso (comercios de confianza, vecinos…), aunque también se hace porque se tiene la rutina de comprar la del trabajo («¿Y si les toca a todos menos a mi?»).(…) Una vez que se ha celebrado el sorteo y se conocen los premios, existen varias fases en los que han resultado agraciados, según explica Elisa Sánchez. A veces se da la de shock, que hace que se sienta aturdido y que tarde tiempo en asimilar la noticia. «Para muchas personas este periodo es breve y para otras puede ser algo más duradero», según precisa. Después se da normalmente un periodo de euforia y después de felicidad.
Eso sí, la psicóloga indica que existen investigaciones que indican que las emociones positivas vuelven a ser las mismas que antes, que la acomodación a los nuevos ingresos se hace muy rápido y que incluso algunas personas se arruinan en poco tiempo porque se acostumbran a un ritmo de vida elevado y no son previsoras. Es más, la experta asegura que a otras personas les puede llegar a generar problemas con familiares y con amigos porque se vuelven habituales las peticiones de préstamos.
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