En el mundo empresarial hay numerosos casos de organizaciones que han funcionado y funcionan a las mil maravillas sin una jerarquización muy marcada. En El País Retina han contado con Elisa Sánchez, directora de Idein, para explicar las ventajas y desventajas de trabajar sin nadie por encima. ¿Es positivo trabajar sin jefe? ¿Son necesarios los responsables en las empresas y organizaciones?
Hay personas que necesitan un seguimiento en el tiempo, no saben autogestionarse y requieren ciertas directrices externas”, explica Elisa Sánchez. “Si una persona es poco proactiva o desempeña una función para la que necesita cierta orientación o formación, debe tener a alguien detrás”. Esta psicóloga laboral considera más acertado sustituir la figura del jefe por la del líder y afirma que, en las empresas en las que no existe un liderazgo formal, surge inevitablemente uno de carácter informal.
Sánchez clasifica a los jefes en tres grupos: los autoritarios, centrados en los resultados, que inhiben la creatividad y limitan el potencial de sus empleados; los paternalistas, que ponen el foco en las personas y cuya actitud puede ocasionar conflictos entre los trabajadores; y los que dejan hacer, que no están pendientes de ninguna de las dos cosas y generan en la plantilla estrés, incertidumbre y miedo de la misma manera que lo hace la holocracia.
La solución ideal que propone esta psicóloga reside en lo que denomina liderazgo situacional. “El jefe tiene que identificar la situación de cada trabajador y adaptar su manera de relacionarse con él a sus necesidades concretas. Dentro de su equipo puede contar con perfiles que trabajen mejor con modelos de gestión muy diferentes. Si explica por qué existen esas diferencias y la comunicación fluye de forma transparente, no debería tener ningún problema”.
Extracto del artículo publicado por Javier Cortés en El País Retina. Para leerlo completo, pincha en este enlace.