¿Cuántas veces hemos oído decir a alguien (o lo hemos pensado) que está meditando tomarse un año sabático?. Cada vez más personas consideran una opción el parar un año para reflexionar sobre su presente y su futuro. Formarse, descansar o poner en orden sus prioridades.
Para hablar sobre las opciones de tomarse ese año sabático, en El Correo han entrevistado a nuestra directora, Elisa Sánchez.
«Hay momentos de la vida que suelen venir acompañados de crisis, como la de los 50. Esas crisis generan un poco de sufrimiento, pero también permiten crecer. La persona se plantea: ‘¿He conseguido los objetivos que me había marcado en la vida?’». Cree Elisa Sánchez, psicóloga y directora de la consultoría de bienestar en el trabajo Idein, que una reflexión así exige tiempo. Pero ¿de dónde sacamos ese tiempo?
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Sánchez-Herrera: Una alternativa podría ser jubilarse un año más tarde. Otra, acumular vacaciones: en lugar de disfrutar del mes entero anualmente, esa persona podría cogerse dos semanas de descanso y guardar las otras dos o tres semanas no disfrutadas para el futuro, hasta que pueda llegar a acumular un año o unos meses al menos. Una tercera opción sería que la empresa viese ese tiempo como una inversión: pongamos el caso de un experto en I+D que para un año de trabajar y se dedica a investigar. Cuando regrese estará mejor formado, se habrá reciclado y, aunque haya dejado de producir durante doce meses, con ese nuevo conocimiento adquirido será muy valioso para la empresa.
En este sentido, la psicóloga Elisa Sánchez recuerda que «siempre se habla de la implicación del trabajador con la empresa, pero eso difícilmente funciona si las empresas no se implican también con sus propios empleados».
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Pero ojo con tomar una decisión así de forma «impulsiva», advierte la psicóloga. «Debe meditarse antes. Un año sabático genera también cierta ansiedad por la incertidumbre. De repente, el futuro inmediato ya no va a ser tan estructurado y no va a estar tan planificado». Una incertidumbre con la que, por otro lado, «estamos lidiando cada vez mejor» tras sufrir una pandemia que ha acabado de la noche a la mañana con muchas certezas. «La pandemia va a suponer un punto de inflexión en la manera de trabajar», vaticina Elisa Sánchez. Y no se refiere solo al teletrabajo. «Cada vez más profesionales van a trabajar por proyectos y habrá más nómadas digitales, más gente que cambie de trabajo cada poco tiempo…».
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