Los eufemismos son, según el diccionario de la RAE, «manifestaciones suaves o decorosas de ideas cuya recta y franca exposición sería dura o malsonante». Es decir, verbalizar algo de una manera mucho más dulce de lo que lo pensamos. O sea, decir algo que está lejos o muy lejos de lo que lo pensamos. También existen expresiones o frases hechas que nos dicen una cosa, pero que en la realidad nos están contando otra. Por ejemplo «Te quiero como amigo» o «tenemos que hablar». Una manera de comunicar que no siempre es adecuada y que en ocasiones es mejor no decir nada.
Para conocer un poco más sobre por qué utilizamos estas frases y eufemismos, en El Correo han entrevistado a nuestra directora, Elisa Sánchez.
«Desde el punto de vista de la Psicología, esas frases comodín son fruto de una herencia aprendida. «Vamos a lo que hemos escuchado en otras ocasiones; es decir, a nuestra zona de comodidad. Repetimos esos patrones aprendidos muchas veces sin cuestionarnos si es lo más adecuado», afirma la psicóloga Elisa Sánchez. O sea, que somos unos comodones.
Para ella, estas fórmulas de cortesía que pretenden no hacer daño a veces acaban causando el efecto contrario. Suenan tan vacías, tan poco sinceras… «Lo vemos claro cuando nos convertimos en receptores y pasamos por una situación difícil y escuchamos esas frases sin empatía. Nos molesta», apunta la psicóloga. Esos ‘te acompaño en el sentimiento’ cuando quizá ni conocías al difunto, por ejemplo, ese ‘tú puedes, ánimo’ a un enfermo terminal… «En muchas ocasiones, lo mejor es no decir nada». Para Sánchez, es fundamental desarrollar la asertividad, la capacidad de expresar lo que se piensa, se siente y se desea siendo sincero y respetando los sentimientos de los demás».
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