Con la llegada de la Navidad, llega ese momento odiado y amado a partes iguales: asistir a una cena de Navidad Ya sean familiares, de trabajo o con amigos, reunirse alrededor de una mesa para comer (y beber), habitualmente de más, es tan clásico como los Reyes Magos, los villancicos o las campanadas.
Una cena de Navidad puede convertirse también en un figurado campo de batalla. Cualquier tema que se ponga sobre la mesa es susceptible de convertirse en algo por lo que discutir. Evidentemente, la política es un tema espinoso. Pero también puede serlo el deporte, la música o cualquier otro tema social.
Para evitar discutir en las cenas navideñas (si es lo que queremos), en Buena Vida de El País han contado con la directora de Idein, Elisa Sánchez, que recomienda no sacar a colación el tema del paro juvenil.
Por qué: El paro afecta actualmente al 28% de los jóvenes y, en opinión de la coordinadora de Psicología y Salud Laboral del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, «las cenas de Navidad son para compartir aspectos positivos, no para echar la bronca a alguien porque no tiene trabajo». Aunque tendamos a querer dar consejo, «debemos tener en cuenta que hay diferencias generacionales de intereses e inquietudes. El contexto laboral actual es muy distinto del de hace unas décadas. A las personas de 50 años las educaron para tener un trabajo estable. Los millennials se basan más en proyectos y buscan que el trabajo les aporte, que sea compatible con el ocio y sus valores…», dice Sánchez.
Qué hacer si sale el tema: esta psicóloga sugiere cambiar de conversación. «Buscar temas positivos, que fomenten la unión de las personas que están allí y permitan disfrutar del momento. No buscar tener razón en un tema en el que no hay una razón».
Puedes leer el artículo completo de Miguel Ángel Bargueño en Buena Vida de El País pinchando en este enlace.