Quedarse sin trabajo es algo muy duro. Y va más allá de la evidente falta de ingresos económicos. Perder el trabajo puede acarrear episodios de tristeza, negatividad y apatía. Puede afectar psicológicamente. Y no tiene que ser necesariamente un periodo con una duración determinada. Es importante comprender esto antes de intentar ayudar a esa persona cercana a nosotros que ha perdido su trabajo.
En Welcome to the Jungle han entrevistado a la directora de Idein, Elisa Sánchez, para conocer cómo puedes ayudar a alguien de tu entorno que se acaba de quedar sin trabajo.
“Estaba tan aterrada por mi nueva situación que era incapaz de quedarme sola en casa, así que comencé a vivir en casa de mis amigas y a salir más que nunca”. Según Elisa Sánchez, esta puede ser la reacción normal de las personas que tienen un estilo evitativo de los problemas ya que “les cuesta afrontar la realidad y utilizan vías de escape como salir, comprar, jugar a videojuegos, ver la televisión o darse atracones”.
En este caso, según aconseja Elisa Sánchez, psicóloga especializada en salud laboral y directora de Idein, “es preferible acompañar de manera suave, respetuosa y empática, decir que entiendes que lo están pasando mal. Aunque lo más probable es que lo que necesiten sea hablar, desahogarse o charlar sobre otra cosa y no escuchar nuestras opiniones al respecto”.
Es importante tener en cuenta que cada persona es diferente, así que habla directamente con la otra persona para saber qué necesita. No hay recetas exactas para el consuelo, pero se puede aprender a ser el hombro en el que apoyarse. Para Elisa Sánchez, los efectos psicológicos más significativos pueden ser “el sentimiento de rechazo y de pérdida de valía, que está muy relacionado con la autoestima y también con el sentimiento de pertenencia” (…)
Es posible que necesite un poco de tiempo para “descomprimirse”, por lo que no se te ocurra empezar a interrogarle sobre su búsqueda de trabajo, enviarle ofertas de trabajo o recomendarle para un puesto sin haberle preguntado antes. “Más que hablar o darle consejos, lo adecuado es escuchar y mostrarnos abiertos a aceptar lo que siente”, recalca la psicóloga Elisa Sánchez.
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