Hace unos días saltaba la noticia de un suceso extraño. Un individuo encapuchado saboteaba una bodega, vaciando unas cubas de vino, sin motivo alguno. Rápidamente, en las redes sociales (y en las máquinas de café de las empresas, el verdadero Twitter analógico) comenzaron a exponerse teorías de quién podría haber sido el culpable y cuáles podrían haber sido las causas detrás de este hecho tan extraño. ¿Puede la psicología explicar por qué suceden hechos como estos?
En El País han entrevistado a nuestra directora, Elisa Sánchez, para conocer más sobre qué puede haber detrás de este suceso.
Siempre hay un motivo. Una conducta agresiva de este tipo es una manera de expresar un malestar, por venganza o por hacer daño a una persona, explica la psicóloga Elisa Sánchez, experta en salud laboral. “Estas conductas muchas veces son impulsivas, poco reflexivas, aunque otras veces se pueden planear, y obedecen a que la persona se siente atacada. También puede ser para obtener un beneficio, por envidia o para vengarse por algo”. Y aclara que estos sucesos, “cuando se hacen con un objetivo claro, no se suelen repetir en serie”.
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Lo cierto es que este tipo de agresiones o venganzas conduce a poco, aclara la psicóloga consultada. “No calma porque no va a reparar el malestar que se tenía, y a lo único que conduce es a tener nuevos problemas, legales y económicos”, detalla Sánchez.
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