Una de las principales razones de tomar vacaciones es desconectar. Descansar y olvidarnos de todo. Y lo principal, olvidarnos del trabajo. Pero esto no siempre es posible. Muchos trabajadores (1 de cada 3), sencillamente, no pueden.
En Cinco Días han contactado con la directora de Idein, Elisa Sánchez, para hablar de la dificultad de desconectar en vacaciones.
Son los menores de 25 años los que más contacto mantienen con la empresa (48,6%), seguidos de los que tienen entre 25 y 45 años (37,2%), mientras que los mayores de esa edad (el 24,2%) son los que menor relación tienen con la oficina. En opinión de la psicóloga del Colegio de Psicólogos de Madrid Elisa Sánchez, el profesional no desconecta por el elevado nivel de estrés que acumula debido al ritmo de trabajo, pero también porque le cuesta adaptarse a los cambios. También destaca otro perfil que tiene que ver con la parte emocional del empleado, como es el miedo a no ser imprescindible, así como a la necesidad de tener todo bajo control, “ya que le cuesta dejar que las cosas fluyan”. Esto hace que los primeros días sigan preocupados por asuntos varios, “por ese perfeccionismo y necesidad de tenerlo todo bajo control”, añade esta experta, que opina que la tecnología y, más en concreto, las redes sociales tampoco ayudan. “El problema es la necesidad o dependencia que se genera, y hace que todo el mundo esté pendiente del correo electrónico mientras está de vacaciones, o viendo qué se comenta en Twitter”. Porque, en opinión de Sánchez, consultora de salud y bienestar de Idein, estos hábitos se adquieren también durante los fines de semana, cuando se está pendiente del móvil constantemente y no se disfruta del momento de ocio que se está viviendo. Para ello, recomienda realizar algún ejercicio de mindfulness, “que no significa estar ahí y ahora, sino que es algo mucho más profundo”, ya que se trata de disfrutar de lo que se está haciendo en ese momento, pero sobre todo “no anticipar problemas futuros, algo inevitable cuando se está acostumbrado a un ritmo elevado de pensamiento”. Lo ideal, agrega la psicóloga, es dejar de estar pendiente, entre otras cosas, de las redes sociales, de lo que hacen otros y ocuparse de estar a gusto con el momento que se está viviendo. “La gente ya no disfruta de un concierto o de la visita a un lugar, está más centrada en hacerse la foto y compartirla con los seguidores”.
Puedes leer el artículo completo de Paz Álvarez en Cinco Días pinchando en este enlace.