Cuando estás en una situación de desempleo, es el momento de replantearse muchas cosas. Porque el paro, además de una situación negativa, se puede convertir en una oportunidad para cambiar. Para mejorar. Podemos plantearnos enfocar nuestra carrera profesional desde otro punto. Formarnos para aprender nuevas aptitudes del trabajo al que aspiramos o directamente, pasar a otro ámbito laboral. O también podemos plantearnos un cambio más radical. Emigrar. Irse al extranjero en búsqueda de nuevas oportunidades.
Cada vez son más los casos de trabajadores españoles en situación de desempleo que deciden dar el gran salto. En Sudamérica se cuenta con la ventaja del idioma y hay paises, como Alemania, en el que para ciertos empleos (como la enfermería), las personas formadas en España están muy cotizadas y parten con una gran ventaja.
En la revista Psychologies han entrevistado a la directora de Idein, Elisa Sánchez, para analizar las opciones y dificultades que supone cambiar de país cuando estás en situación de desempleo.
“La reacción depende de criterios de la personalidad. Si percibes el cambio como un reto, vas a tener emociones más positivas. Y si lo concibes al contrario, tu estado anímico va a ser peor”, apunta Elisa Sánchez, psicóloga del área laboral y directora de Idein (www.idein.es). Por ese motivo, esta experta aconseja plantearse algunas cuestiones antes de partir. “Tienes que pensar cómo generas más, quedándote o yéndote. Conviene hacer una balanza y pensar qué cosas vas a ganar y cuáles vas a perder. Pero, ante todo, hay que plantearse el cambio como una oportunidad y aprovecharla” (…) Para algunos expertos, como Elisa Sánchez, la capacidad de adaptación resulta clave en el proceso. “Hay personas resistentes al cambio, otras que se amoldan y algunas reactivas. Lo ideal es pensar que no sólo marchas a trabajar, sino también a ampliar tu vida social y a vivir nuevas experiencias. Es cuestión de actitud, no se trata de romper con todo. En otros países es algo frecuente, y, según mi opinión, creo que tendría que ser algo obligatorio, sobre todo en personas jóvenes sin cargas familiares (…) Una vez más, la vida da una vuelta de 360º. Y los españoles que ahora marchan a otros países del mundo sienten en su propia piel lo mismo que aquellos que, desde hace décadas, vienen a España con la esperanza de encontrar aquí un futuro mejor. “El hecho de tener que ir a otro país nos va a ayudar a comprender a todos los inmigrantes que vinieron aquí”, concluye Elisa Sánchez.
Aquí puedes leer el artículo completo de Nuria Corredor publicado en Psychologies.