Volver de vacaciones es duro. El síndrome posvacacional afecta cada vez a más trabajadores. Según numerosos estudios, es bastante frecuente sentir ansiedad en los primeros días de vuelta al trabajo. Es algo habitual, cuyos efectos se pueden paliar realizando más ejercicio físico, comiendo más sano y realizando actividades fuera del trabajo, para que la transición entre vacaciones y trabajo sea más suave. También hay que tener en cuenta que en los primeros días no se va a rendir al 100%, por lo que la carga de trabajo debería ser algo más ligera. Pero el síndrome posvacacional se puede recrudecer con la precariedad laboral.
Cuando nuestras condiciones laborales son peores y hay una mayor insatisfacción, la vuelta al trabajo es aun más dura. Según un estudio de la Consultora de Recursos Humanos Bizneo, el 80% de los trabajadores españoles no son felices en su puesto de trabajo. Esto hace más complicada la vuelta de las vacaciones. Un sueldo adecuado, una mayor flexibildiad o más facilidad para conciliar la vida personal y profesional (mejores condiciones laborales, en definitiva) reducirían el síndrome posvacacional.
Para ahondar en esto, en Cinco Días han entrevistado a la directora de Idein, Elisa Sánchez.
En la misma línea se sitúa Elisa Sánchez, coordinadora del grupo de salud laboral en el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid: “El síndrome posvacacional está relacionado con la resistencia a la adaptación a los cambios. Suele estar dominado por los agobios, el estrés o las grandes cargas de trabajo”. Por eso, prosigue, las situaciones de precariedad y escasez de recursos, en las que faltan manos y el exceso de trabajo se subsana con horas de más, no ayudan al aterrizaje. “En general, en el mundo laboral hay hoy más volatilidad y rapidez que antes, algo que genera un estrés añadido. Cuando estamos de vacaciones esos ritmos se pierden, y al volver, la adaptación es más complicada que antes”, señala.
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