El trabajo es uno de los sitios donde más tiempo pasamos. Allí también creamos muchas relaciones que, en ocasiones, pasan a ser de laborales a personales. Y, obviamente, estas relaciones pueden ser tanto de amistad como, por desgracia, todo lo contrario y crear un auténtico mal ambiente en el trabajo.
¿Sabes cómo puedes solucionarlo? ¿Por qué ocurren estos ‘malos rollos’? En El Correo han entrevistado a nuestra directora, Elisa Sánchez, para conocer un poco más sobre este tema.
Unos desencuentros de intensidad variable que van desde la indiferencia forzada, como en el caso que nos ocupa, hasta el ‘mobbing’ (acoso psicológico en el trabajo), «considerado un delito e incluido en el código penal», advierte Elisa Sánchez, psicóloga especializada en conflictos laborales y directora de Idein.
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A veces es con el propio jefe con el que existe ese desencuentro. «Normalmente se tiene peor concepto de los jefes que de los compañeros. Tiene que ver con el estilo de liderazgo y con cómo nos llevemos con el concepto de autoridad. Hay quien tuvo un padre muy autoritario y en su infancia siempre escuchó eso de ‘esto es así porque lo digo yo, y punto’, y se encuentra un jefe parecido y se le remueve todo. También hay muchos casos, de mujeres sobre todo, a las que les gustaría ‘mandar’ de otra forma pero tienen que asumir el rol del líder clásico autoritario para encajar en las reuniones de su empresa. O se tienen que volver muy burocráticas porque esa es la manera de hacer las cosas en su compañía. Entonces un empleado le pide un día libre y le hace rellenar un papel con una solicitud para enviarla al departamento de no sé qué. Y eso genera malestar, empiezan a decir que ‘Fulanita se ha vuelto una mandona’. Y no, no se ha vuelto una mandona, simplemente su puesto le exige actuar así». Así que lo ideal, advierte Elisa Sánchez, es que en la empresa haya «protocolos para prevenir y resolver conflictos, o mediadores que intervengan».
Puedes leer el artículo completo de Yolanda Veiga en El Correo pinchando en este enlace.