Tener un trabajo que no te gusta, que no te motiva, en el que sufres ansiedad puede tener consecuencias muy importantes en tu salud. Es el Burnout, el síndrome de estar quemado, que genera estrés, apatía y varios problemas a nivel físico. Es decir, si estamos en un trabajo que nos genera sufrimiento, a la larga, podemos tener diferentes enfermedades. Alergias, dermatitis, una mayor predisposición a coger virus en invierno o problemas en el aparato digestivo son algunos de los síntomas que pueden ir unidos a un malestar en el ámbito laboral. Un trabajo que no te gusta, puede afectar a tu salud.
En este artículo publicado en El País Buena Vida, la directora de Idein Elisa Sánchez explica cómo puede afectar tu mala situación en el trabajo a la salud, tanto desde el punto de vista psicológico como físico.
Elisa Sánchez, coordinadora del grupo de trabajo de Psicología y salud laboral del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, asegura que podemos establecer un paralelismo entre un trabajo y una relación tóxica. La primera consecuencia, explica Sánchez, es emocional: «Pensamientos como ‘me siento desbordado, o desbordada’, o algo más mental (estás desmotivado para ir a trabajar, te cuesta levantarte para ir al trabajo o no encuentras nada que te haga mirarlo positivamente)». Pero también hay manifestaciones físicas del odio al trabajo. Presta atención a estos síntomas porque, si se mantienen en el tiempo, son el signo de que tu cuerpo está pasándolo verdaderamente mal. «La principal emoción que surge relacionada con estas situaciones es la ansiedad que, mantenida en el tiempo, se convierte en estrés», explica Sánchez. Según la Encuesta Europea sobre Salud y Seguridad Ocupacionales de 2013, la mitad de los trabajadores europeos (51%) percibía el estrés como algo habitual en su entorno de trabajo.
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