Puede que si estás en una provincia en fase 3 no te apetezca quedar con tus amigos. Quizás no tengas ganas de ver a las personas con las que compartes trabajo fuera del entorno laboral. O, simplemente, no estás de humor para tomar una caña, dar una vuelta o ir a un museo. Porque es perfectamente normal que te sigan apeteciendo los planes de sofá, manta y película. Que no estés para nadie y te apetezca quedarte en casa. Pero… ¿Existe un motivo para que nos pase esto? ¿Por qué no me apetece hacer vida social?.
Para hablar sobre ello, en El País Retina han entrevistado a la directora de Idein, Elisa Sánchez.
Con la apertura de las fases, muchos ciudadanos han comenzado a reencontrarse con familiares, parejas y amigos y es habitual que quien no siente esa necesidad pueda sentir culpa. Pero los expertos consultados aseguran que se trata de un proceso adaptativo y de aprendizaje. «Muchas personas se han dado cuenta de que quieren cambiar cosas en la vida que tenían y no quieren mantener dinámicas que les hagan volver a lo de antes», explica Elisa Sánchez, psicóloga laboral.
Quienes han pasado la cuarentena solos, al no tener contacto con familiares o amigos dentro de casa, han modificado sus hábitos sin tener en cuenta al resto de la sociedad y ahora se ven en la obligación de pasar por un proceso inverso que les obliga a reincorporarse. «Hemos creado rutinas que nos dan bienestar individual, hemos aprendido a estar solos y algunos incluso han reducido la dependencia emocional de otras personas», explica Sánchez.
Puedes leer el artículo completo de M. Victoria S. Nadal en El País Retina pinchando en este enlace.