Son las 11 y 20 de la mañana. Estás trabajando desde tu casa por el confinamiento por el coronavirus. Recibes un correo. Es de trabajo. Lo contestas y, cuando vas a volver a trabajar, recibes otro. Es una recomendación de tu servicio de series y películas en streaming. Que como has visto ‘Los Soprano’, ¿Por qué no le das una oportunidad a ‘The Wire’?. Como tiene buena pinta, echas un ojo a una crítica en google. De ahí vas a tu diario de cabecera y le das un repaso a las noticias del día. Haces scroll y encuentras un artículo gracioso que te recuerda a un colega. Se lo envías. Y ya puestos, le das un toque a ver cómo le va. Cuando acabas de hablar, te vas a la cocina a por un café. Te sientas. Son las 12:20. Y sí, lo que has hecho se llama procrastinar. Pero, ¿Qué es la procrastinación?
Pues según la RAE, procrastinar tiene una definición muy simple: «Diferir, aplazar». Para analizar por qué procrastinamos y explicarnos algunos trucos para dejar de hacerlo, en La Vanguardia han entrevistado a la directora de Idein, Elisa Sánchez.
Existe incluso un perfil que lleva adscrita la procrastinación en sus rasgos de personalidad. “Son esas personas que se perciben como vagas, tienden a posponer las cosas o simplemente no hacerlas. También eluden responsabilidades, viven al día y no se suelen planificar. Son individuos que gestionan bien la incertidumbre”, explica Elisa Sánchez, psicóloga y directora de Idein. (…)
“A ciertas personas, las situaciones o actividades con posibilidad de error o fracaso, les generan tanta ansiedad que las evitan. Les supone más beneficio la inactividad para evitar la consecuencias de un posible fallo y, al no hacerlo, desaparece la ansiedad y se refuerzan. Pero aunque algo genere angustia, debo realizarlo, porque valiente no es quien no tienen miedo, sino quien lo conquista”, recomienda Sánchez.
Puedes leer el artículo completo de Rocío Navarro Macías en La Vanguardia pinchando en este enlace.