Hoy, 6 de mayo, es el día mundial sin dietas. Porque, aunque sea algo diferente a lo que mucha gente tiene interiorizado, hacer dieta no es sinónimo de comer bien y de llevar un estilo de vida saludable. En muchas ocasiones, una dieta estricta puede generar absolutamente lo contrario a lo que se desea: es el llamado efecto rebote. Por eso, en lugar de hacer dieta, es aconsejable llevar un estilo de vida saludable, aunando una correcta alimentación, la realización de ejercicio físico y un buen descanso.
Trascurridas varias semanas de confinamiento muchas personas estamos notando repercusiones en la salud y en el estado de ánimo. Habitualmente consideramos tres pilares de la salud: la alimentación, el ejercicio físico y el sueño o descanso. Puede que en estos días hayas realizado algún cambio en tu alimentación. Algunas personas están dedicando este tiempo extra para cocinar. Lo podemos observar en las redes sociales, que se están llenando de fotos, recetas y retos.
Las noticias nos dicen que en los primeros días del confinamiento aumentaron las compras de papel higiénico y en estas últimas semanas lo han hecho las de cerveza, harina, chocolate y aceitunas. Una posible explicación es la alimentación emocional: cuando tenemos miedo o ansiedad se dispara la hormona del cortisol, que nos impulsa a comer alimentos que aporten energía rápida en vez de otros que tengan los nutrientes necesarios, como son las vitaminas y minerales.
¿Estos días estás comiendo más?. ¿Comes por aburrimiento?. ¿Crees que las emociones por el confinamiento están cambiando tus pautas de alimentación?.
Si te apetece comer algo blando, suave, esponjoso y dulce puede ser porque tienes hambre emocional de cariño, de afecto, porque necesitas sensaciones agradables, suaves, dulces y cariñosas. Muchas personas comen de forma impulsiva, no consciente porque necesitan calmar su ansiedad y lo intentan realizar a través de determinados alimentos.
O tal vez estés comiendo más alimentos o snacks crujientes, que hacen ruidos intensos al morderlos (como patatas fritas o galletas saladas). Puede ser porque asociadas esos sonidos y sabores a estar activo, resolutivo e incluso a la agresividad.
La alimentación consciente identifica ocho tipos de hambre: hambre visual, olfativa, bucal, auditiva, estomacal, celular, mental y corazón o emocional. La alimentación atenta o consciente nos ayuda a sanar nuestra relación con la comida y con nosotros mismos. ¿De qué otra forma puedes darte ese cariño que necesitas, en vez comer dulces y galletas poco sanas que principalmente aportan calorías vacías y pueden facilitar ciertas enfermedades como la diabetes?.
¿De qué manera puedes canalizar y expresar de forma adecuada la rabia y malestar que sientes en vez de comiendo snacks crujientes, salados, repletos de grasas saturadas que afectan a tu colesterol?.
Por eso, os proponemos siete pautas para una alimentación atenta, consciente y saludable durante el confinamiento:
En primer lugar planifica el menú, por ejemplo semanal, para poder pensar la compra. En lo posible sigue lo que comúnmente se ha llamado ‘dieta mediterránea’. Comer variado científicamente ha demostrado ser más saludable.
Sigue unos horarios y rutinas, en especial en lo relativo al sueño y alimentación.
Cuando comas, céntrate en los alimentos que estas comiendo y elimina distracciones. Degusta con lentitud los sabores, descubre las diferentes texturas, deleita tu vista con los colores de cada alimento, detente en cada aroma. Es decir, disfruta con tu comida.
Si sientes ansiedad, antes de lanzarte a la nevera, realiza ejercicios de relajación, respiración, y yoga o meditación.
Evita tener información preocupante antes de comer, comer viendo la tele o después de una discusión o disgusto. Canaliza la incertidumbre, la ansiedad o el enfado de una forma sana que no dañe a tu salud.
La alimentación también cumple una función social: procura realizar las comidas en familia y si no es posible organiza alguna reunión virtual.
Realiza ejercicio físico regularmente, combinando aeróbico con fuerza y estiramientos.
En resumen, un estilo de vida saludable es algo más que una moda, o seguir una dieta. Requiere asumir como propios una correcta alimentación, hacer ejercicio y descansar las horas suficientes. Solo así podremos bajar de una vez por todas esos kilos de más y alcanzar una forma de vida sana y saludable.